jueves, 10 de febrero de 2011

.

Si me concedieran un deseo, pediría eternos domingos despertando al lado tuyo, sin alarmas ni ocupaciones, con ganas de abrazarte y de saber que el día es nuestro, como la luz, la oscuridad, las risas y las sábanas.
En una bandeja pondría dos tazas de café, medialunas (de grasa), y todo el amor que entre en un frasco. Así podría llenar infinitos tarros y regalártelos. Armar con ellos una pirámide más grande que la de Keops o de Kefrén.
Después, pasear por el yoping y comprar películas. Al mediodía pararnos bajo el sol y quejarnos del calor.
Caminar, conocer lugares, reirnos, pelearnos, llorar. Ir corriendo a abrazarnos nuevamente.
Te cocinaría hasta lo que no sé, mientras canto desafinada y luego te dejaría dormir siesta, total el domingo será para siempre.
Podría pasarme la vida deseando cosas al lado tuyo, pero la realidad es que lo que más deseo es hacerte feliz.




(Y pensar que antes detestaba los domingos)

2 comentarios:

Jime dijo...

(esperaba su firma pero al menos sé que lo leyó)

AEZ dijo...

Eeeehhhhhhh... se nota que te han dado cuerda, boluda.






(Cuac.)