miércoles, 27 de mayo de 2009

¿?

Desearía en este momento dejar de pensar tanto en las consecuencias. Sinceramente mi manera de ser es detestable. Cada día me convenzo más, de que la gente ignorante, y con eso no me refiero sólo a los que no pudieron ir a la escuela, sino a un estado de ignorancia mas espiritual (?), más profundo. Una persona ignorante de las consecuencias que puede traer algo aparejado, es también inconsciente de lo que hace, y por eso es justificable, hasta inimputable. Yo no me refiero a esos estados tampoco, sólo quería decir, que aquellos que no viven pensando en el por qué y para qué, o bien, los que no se maquinan con cosas que viven día a día, son ignorantes felices.
Yo, por pensar tanto, por abrir los ojos cada vez más, me amargo también proporcionalmente.
No es que viva amargada, pero, tú sabes, está siempre presente el "saber demasiado", y siempre me pregunto, si vale la pena.

viernes, 22 de mayo de 2009

un día mas en el planeta Jimena




Vi esta película y me hizo llorar "pero mucho". Luego de finalizada, y el dvd en su cajita nuevamente, y el televisor apagado, las luces tenues, todo durmiendo en derredor (?), yo aún seguía llorando! Es de no creer. Pero me conmovió.



sábado, 16 de mayo de 2009

tengo ganas de poner fotos



Si me concedieran la oportunidat de viajar en el tiempo, a una época a elección, sin dudarlo diría que me transporten cronológicamente a los años 60-70 y ser una alocada grupie consumidora de estupefacientes (?), viajar por el mundo con David Gilmour, los Beatles y por qué no con Jim Morrison. Ser amiga de Janis Joplin y también de Forrest Gump.Esa vida hoy no tendría sentido, fucking sistema capitalista.


El lunes tengo un parcial de Sociedad y Estado y no tengo ganas de leer, sino de dormir. Bueno adiós

viernes, 15 de mayo de 2009

Una especie de moraleja

Ehm, yo de piba, (más pibita aún), quería tener como mascota un hamster. Sí, un hamster. Con su pecerita de vidrio, su aserrín, su ruedita para hacer gimnasia, el tanquecito/dispenser de agua y agarrarlo entre mis manos porque iba a ser muy suavecito.
PERO, la ortiva de mi vieja nunca me compró ninguno por varias razones, entre las cuales las más repetidas eran:
  • "No Jimena, dejate de joder, si se te escapa andá a encontrarlo después, encima se lo come el perro"
  • "No Jimena, no rompas las bolas, los hamster se suicidan, ¿sabías eso? son depresivos y después de un tiempo si no están acompañados se ahogan, o si están con otro en la misma jaula, se matan entre ellos"
  • "No Jimena".

En fin, mi niñez pasó felizmente sin una mascota roedora (salvo cuando tuvimos 4 conejos en diversas ocasiones, y los 4 tuvieron finales fatales), y a lo largo de mi vida tuve siempre perros, para ser más precisa tuve 3, y dos gatas (de las cuales las dos eran unas prostitutas que desaparecieron con el tiempo, se fueron atrás de algún Tom, andá a saber). Jamás fuimos una familia mascotera, por ejemplo, mi mamá no es como Nicole Neumann y su hogar de perros, ni mi viejo es como Raúl Portal, y su programa pedorro de "gente que busca perros", a su vez, yo tampoco soy una fanática de los animales domésticos, pero si tengo un perro me hago cargo, porque sí soy una gran defensora de los derechos del animal.
Y cuando veo perros abandonados me pongo a llorar. Pero bueno, cada cual llora por lo que se le canta el totó, como esa gente que lloró cuando se murió Rodrigo, o esos que lloraron cuando Maradona dijo "me cortaron las piernas", o los que lloran por amor (:P), jodansé, yo lloro por causas nobles.

También me puse a llorar cuando quedamos afuera del mundial de Alemania, pero eso es otra historia.

Ah, vine hasta aquí para contar que siempre quise un hamster, pero mi madre no me consentía. Hasta que... hace unas semanas, mi papá encontró en la puerta de mi casa, entre unas hojas secas que el viento amontonó en un rincón, una bolita de pelos beige, con forma de roedor! Obviamente lo primero que hice fue gritarle que lo deje ahí, que podría ser una rata, que podría contagiarnos hantavirus (?) y que se lavara las manos. Pero no me hizo caso y cuando lo vimos mejor, era un hamster! Le puse Atilio. No, mentira, no llegué a ponerle nombre porque acto seguido de descubrirlo en la vereda, lo metimos en una jaula en la que antes habia un conejo, y allí habitó por dos días, nuestro querido huésped, que tenía pinta de roedorcillo escapado de algún hogar despistado.

Y luego de dos días de alimentarlo con lechuga y de buscar en google alimentos para hamster, mi viejo se lo llevó a una veterinaria, porque, seamos sinceros, si nunca me calenté por tener uno, menos lo iba a hacer ahora.

Nunca más supe de la vida de aquél animalillo, pero esto nos da la pauta, de que a veces deseamos una cosa, mucho mucho mucho, y cuando aparece en nuestras vidas, simplemente lo dejamos ir, o nos damos cuenta de que no era tan necesario.

Ese fue el caso de Atilio, el hamster que no fue mi mascota.

viernes, 8 de mayo de 2009

una escena


Más calmada que de costumbre, les traigo un genial diálogo entre dos amigas solteras que van a un baile en un club. Una de ellas, avisa a la otra de antemano...

Lidia: - Ya te dije, te acompaño pero me siento en la silla y no pienso bailar con nadie
Susana: -Dale Lidia, no seas mala onda!
Lidia: - No, en serio te digo. Mirá, me quedo acá sentada, vení tomemos algo...

(en eso ven que en la oscuridad del salón, comienza a acercarse un cuerpo no reconocido, masculino, a cada segundo que corría, un paso lo acercaba más hacia ellas, parado en frente de Lidia, se inclina como para preguntar algo, algo negadamente esperado...)

Lidia: (al hombre antes de que pueda soltar palabra) Yo, no bailo!
Susana: (codea a Lidia) -Lidia! Es el mozo...

fin.