lunes, 28 de febrero de 2011

lunes





Infidencia en letra chica:
A veces me pongo a releer el blog para recordar qué me andaba sucediendo mentalmente en determinadas épocas. En general termino sin recordar por qué escribí tal o cual cosa, pero me río de las boludeces que pude llegar a escribir.
(Le mando un saludo a la Jimena del futuro que leerá esto en unos meses y sigo todo el posteo en letra chica, ya fue).


*¿No es un bajonazo que ya esté comenzando marzo? Sí, ni hablar. Pensar que cuando iba al colegio, la llegada de marzo era la muerte misma. Ahora me da igual, todos los meses son lo mismo, laboralidad, laboralidad. A esto sumémosle el plano académico. Ahijuna. 


*Descubrí (¿) una yerba mate muy riquísima: La cumbrecita. Está llena de hierbas como peperina, menta, y cosas raras y sale 5$. Digo, está al mismo precio que Union, que para mi, es re desabrida. Es un dato al paso, no me pagan por nombrarla. La cumbrecita. La cumbrecita. La cumbrecita. La cumbrecita. 
No, sigo siendo pobre.


*Un día como hoy pero de hace unos meses atrás, un muchacho llamado Milton me preguntó si quería ser la novia. Y le dije que sí, obvio. Si estás leyendo esto quiero que te emociones, mi vida. <3 <3




Y.... eh...[Inserte un remate genial aquí. Abazo de blogger]

viernes, 25 de febrero de 2011

sin apsis


"El animal que más se acostumbra a las cosas, dudo que sea el perro, o el caballo. En mi opinión, es el hombre. 
Nos acostumbramos con facilidad a los cambios, a las cosas nuevas, a las rutinas, a las maneras de accionar. No sé cuán bueno o ventajoso sea esto: acostumbrar implica apegarse, hacerse costumbre, ejecución automática. 
La costumbre excesiva deviene en cansancio, en aburrimiento, en represión, en crisis, en dudas, y prontamente en explosiones y nervios.
Para evitar estos indeseables estados, se recomienda establecer una grata comunicación con su entorno; desconexiones casuales de la rutina armada (vaya al cine, lea un libro, visite un blog interesante...), principalmente, escuche y busque ser escuchado, encuentre su propio espacio, sin incurrir en el ajeno. Y dele una patada al balde."


Sacado del libro "Asesinos sociales en recuperación", Cap. 5: Matando al tiempo libre, p.66. Primera Edición. Editorial Desconocida.

jueves, 10 de febrero de 2011

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Si me concedieran un deseo, pediría eternos domingos despertando al lado tuyo, sin alarmas ni ocupaciones, con ganas de abrazarte y de saber que el día es nuestro, como la luz, la oscuridad, las risas y las sábanas.
En una bandeja pondría dos tazas de café, medialunas (de grasa), y todo el amor que entre en un frasco. Así podría llenar infinitos tarros y regalártelos. Armar con ellos una pirámide más grande que la de Keops o de Kefrén.
Después, pasear por el yoping y comprar películas. Al mediodía pararnos bajo el sol y quejarnos del calor.
Caminar, conocer lugares, reirnos, pelearnos, llorar. Ir corriendo a abrazarnos nuevamente.
Te cocinaría hasta lo que no sé, mientras canto desafinada y luego te dejaría dormir siesta, total el domingo será para siempre.
Podría pasarme la vida deseando cosas al lado tuyo, pero la realidad es que lo que más deseo es hacerte feliz.




(Y pensar que antes detestaba los domingos)

miércoles, 9 de febrero de 2011

sinciencia

-Che, conciencia...
- ...
- Conciencia, te necesito un minuto, despertate
- ...
-Dale, no seas boluda, si no me ayudás voy a hacer cagadas
-  ...
- Andate a la mierda. Al fin y al cabo siempre me dejás mal parada.

lunes, 7 de febrero de 2011

Disyuntiva

Si me dieran a elegir entre

LA PAZ MUNDIAL

y

LA DEPILACIÓN DEFINITIVA (pero eternamente definitiva, eh)

todos sabemos qué elegiría sin dudas: Comer de todo y no engordar nunca.

Cuánta paz me daría eso, lagransieteche.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Cinco siglos igual


Y pensar que hace un par de años mi profesor de Economía del CBC (Cátedra Marchini), Daniel Baigorria, iba más allá de Smith y Marx, y en pleno quilombo entre el campo y el gobierno, denunciaba en sus clases a las multinacionales instaladas en el país, por evasión de impuestos, explotación obrera, contaminación, y muchas otros ilícitos que ya he olvidado.
(Entre ellas, Bayer, Du Pont, Monsanto, Shell, la lista es interminable, vivimos en Argentina, donde hay tierra fértil y oportunidades para todo$)

Traigo al presente esta anécdota porque en estos días se dieron a conocer denuncias sobre explotación y trabajo esclavo en el paraje Monte del Rosario, en la provincia de Córdoba, por parte de la AFIP.
Hace unas semanas ya se hablaba de la noticia y la escuché de la voz de Liliana López Foresi, en su programa de radio. Después de esta "primicia", no escuché mucho más y recién por estos días el episodio "salió a la luz", aunque discretamente, en diarios y portales web. 

Busqué algunos links de los principales medios que nos informan (¿) hoy día, las notas que tratan este tema están presentes en varios sitios, pero me interesaron los tres siguientes:

Infobae, al igual que yo, copiando y pegando "La AFIP inspeccionó tres campamentos, donde 140 trabajadores rurales realizan tareas manuales de desflore de maíz. Fueron empleados por Adecco Specialities para Pioneer Argentina. Vivían en cubículos y se protegían del calor con fardos de pasto."

Clarín, escueto y llano, como de costumbre: "Según el informe del organismo, los peones, que estaban alojados en casillas de 2,20 por 1,50 metros, sin aislante térmico ni contra insectos, no tenían permitido abandonar el predio hasta que terminaran el trabajo."

La nación, que expone también la defensa de la empresa acusada... "Según el organismo, hay trabajadores esclavos en Pioneer; la empresa negó las acusaciones"


También son curiosos los comentarios de los lectores, que varían según el diario.


Nadie ignora que explotación hay en todos lados, desde hace siglos, y aunque la esclavitud fue abolida en 1853 en nuestro país, somos testigos mudos de las injusticias de esta índole que ocurren a diario en este suelo. 
Sin ir más lejos, pensemos en los casos de explotación y trata de personas que no se denuncian, y que no sólo ocurren en campos lejanos en el interior, sino acá nomás, a unas cuadras de tu casa o de tu laburo. Textiles, fábricas, (y algunas grosas empresas, por qué no).


Por suerte, cada tanto los organismos estatales denuncian hechos como éstos, con éxito mediático, llamando nuestra atención.  No olvidemos los testimonios y denuncias anónimos que intentan ser escuchados pero que fracasan ante la negligencia de las autoridades y ante el miedo que provoca meterse con los poderosos.


Aprovechen que en La Salada hay liquidación, y no vayan a andar pensando mucho, a ver si en una de esas se dan cuenta de lo esclavizados que estamos todos.