miércoles, 2 de febrero de 2011

Cinco siglos igual


Y pensar que hace un par de años mi profesor de Economía del CBC (Cátedra Marchini), Daniel Baigorria, iba más allá de Smith y Marx, y en pleno quilombo entre el campo y el gobierno, denunciaba en sus clases a las multinacionales instaladas en el país, por evasión de impuestos, explotación obrera, contaminación, y muchas otros ilícitos que ya he olvidado.
(Entre ellas, Bayer, Du Pont, Monsanto, Shell, la lista es interminable, vivimos en Argentina, donde hay tierra fértil y oportunidades para todo$)

Traigo al presente esta anécdota porque en estos días se dieron a conocer denuncias sobre explotación y trabajo esclavo en el paraje Monte del Rosario, en la provincia de Córdoba, por parte de la AFIP.
Hace unas semanas ya se hablaba de la noticia y la escuché de la voz de Liliana López Foresi, en su programa de radio. Después de esta "primicia", no escuché mucho más y recién por estos días el episodio "salió a la luz", aunque discretamente, en diarios y portales web. 

Busqué algunos links de los principales medios que nos informan (¿) hoy día, las notas que tratan este tema están presentes en varios sitios, pero me interesaron los tres siguientes:

Infobae, al igual que yo, copiando y pegando "La AFIP inspeccionó tres campamentos, donde 140 trabajadores rurales realizan tareas manuales de desflore de maíz. Fueron empleados por Adecco Specialities para Pioneer Argentina. Vivían en cubículos y se protegían del calor con fardos de pasto."

Clarín, escueto y llano, como de costumbre: "Según el informe del organismo, los peones, que estaban alojados en casillas de 2,20 por 1,50 metros, sin aislante térmico ni contra insectos, no tenían permitido abandonar el predio hasta que terminaran el trabajo."

La nación, que expone también la defensa de la empresa acusada... "Según el organismo, hay trabajadores esclavos en Pioneer; la empresa negó las acusaciones"


También son curiosos los comentarios de los lectores, que varían según el diario.


Nadie ignora que explotación hay en todos lados, desde hace siglos, y aunque la esclavitud fue abolida en 1853 en nuestro país, somos testigos mudos de las injusticias de esta índole que ocurren a diario en este suelo. 
Sin ir más lejos, pensemos en los casos de explotación y trata de personas que no se denuncian, y que no sólo ocurren en campos lejanos en el interior, sino acá nomás, a unas cuadras de tu casa o de tu laburo. Textiles, fábricas, (y algunas grosas empresas, por qué no).


Por suerte, cada tanto los organismos estatales denuncian hechos como éstos, con éxito mediático, llamando nuestra atención.  No olvidemos los testimonios y denuncias anónimos que intentan ser escuchados pero que fracasan ante la negligencia de las autoridades y ante el miedo que provoca meterse con los poderosos.


Aprovechen que en La Salada hay liquidación, y no vayan a andar pensando mucho, a ver si en una de esas se dan cuenta de lo esclavizados que estamos todos.

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