martes, 21 de septiembre de 2010

Rayueliano


Y cuando no podía tener los ojos más hinchados de llorar, vino ella, a contarme algo que me quebró nuevamente. Pero es mi amiga, y si no la escuchaba yo, quién iba a hacerlo. Y mientras ella me decía que aquel era el amor de su vida, que iba a costarle mucho sacarlo de su corazón, yo también evaluaba cuánto ibas a costarme vos.
Porque, seamos sinceros, a quién queríamos engañar; vos tan correcto y sensato, y yo tan volátil y sin rumbo. 
Te pedí que me entendieses, que me dieras tiempo, que la confianza iba a ser la mejor manera de afianzar lo nuestro.
Y ese día en que me llamaste por teléfono, y lágrimas teñidas de negro me  inundaban toda la cara, me sentí como en una película. Como esas escenas de cine en las que jamás me imaginé. Una protagonista sacada del rodaje, ya sin protagonismo.
Me decías que sufrir no valía la pena. Tan cierto, tan atinado, como siempre.
Y ahí me di cuenta de todo: las cosas me habían salido mal a mi. A mi. A mi que nunca antes había fallado. O al menos, nadie me lo hizo notar.


...continuará (esperemos)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

A solas

hola

MIRÁ CÓMO 

juego 

con las 
PALABRAS
y

me CAGO 
en

LA 
PUTA 
coherencia