que madre detestaba la llegada del fin de año escolar, en parte porque significaba que los bepis tuviesen que quedarse todo el día en la casa (y a la mañana ni ella ni padre podían cuidarnos por el laburo), y por otro lado, porque yo siempre quería participar del acto final. Eso implicaba ensayos, trajecitos y disfraces, guita, tiempo, calor, etc.
La frase era "Jimena, no podés actuar en todos los cuadros, es demasiado". Pero no había caso, me anotaba en todas, aunque después la maestra nos dividiera -luego de recibir quejas de los viejos y los presupuestos- y termináramos actuando mucho menos.
Hoy en día la entiendo. Para su suerte, mi hermano era bastante tímido de purrete, así que ante cualquier exigencia de histrionismo y talento actoral, el pibe salía corriendo a los brazos maternos.
Ahora que lo pienso... podría haberme llevado a la Escuela de Danzas de Reina Reech... quizás ahora estaría bailando por un sueño, en lugar de estar posteando casi dormida.
1 comentario:
Mmmh nose si valiese la pena que te bardee ricardo fort o algun que otro mediatico.
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