jueves, 9 de diciembre de 2010

Recordé

que madre detestaba la llegada del fin de año escolar, en parte porque significaba que los bepis tuviesen que quedarse todo el día en la casa (y a la mañana ni ella ni padre podían cuidarnos por el laburo), y por otro lado, porque yo siempre quería participar del acto final. Eso implicaba ensayos, trajecitos y disfraces, guita, tiempo, calor, etc.
La frase era "Jimena, no podés actuar en todos los cuadros, es demasiado". Pero no había caso, me anotaba en todas, aunque después la maestra nos dividiera -luego de recibir quejas de los viejos y los presupuestos- y termináramos actuando mucho menos.

Hoy en día la entiendo. Para su suerte, mi hermano era bastante tímido de purrete, así que ante cualquier exigencia de histrionismo y talento actoral, el pibe salía corriendo a los brazos maternos.

Ahora que lo pienso... podría haberme llevado a la Escuela de Danzas de Reina Reech... quizás ahora estaría bailando por un sueño, en lugar de estar posteando casi dormida.

1 comentario:

Aldo Franco dijo...

Mmmh nose si valiese la pena que te bardee ricardo fort o algun que otro mediatico.