Si tuviera que hablar de mis vicios, entonces, pasaría por alto las drogas, como el cbarrrillo, o la marihuana, o el poxi ran o el UHU. Nada de eso. Mucho menos el olor a nafta, o el olor a quitaesmalte. O el olor a frito. No los tolero.
Hay algo en mi vida que podría rotularse como adicción, pero para saber bien de lo que hablo mejor consultemos a la Real Academia:
1. f. Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos.
2. f. desus. Asignación, entrega, adhesión
Teniendo en cuenta las sabias palabras de la RAE, me encasillaría en la segunda definición, puesto que la primera refiere mucho a los malos vicios, que realmente atentan contra nuestra salud y la del entorno familiar.
Mi adicción sería por ende, una adhesión, algo así como una especie de fanatismo. Se preguntarán a qué?
A las cosas dulces.
No lo puedo evitar. Si por mi fuera me casaría con el dueño de una panadería, o me emplearía en una pastelería, o saquearía una heladería. Como averigué si en la cárcel te daban cosas dulces, y la respuesta fue negativa (en realidad podías comer azúcar a cucharadas, pero la verdad,no me gusta)
Pero tampoco me parece algo muy malo. No molesto a nadie con esto.
Así que ya saben, si conocen a alguien con el mismo problema (entre comillas), no duden en avisarle que hay otra persona en el mundo dispuesta a compartir un postre con ella (también entre comillas porque lo que es dulce dificilmente lo comparta.. solo mi corazón... aaawww,...mentira)
Este fue un posteo pedorro, pero me veía en la obligación de redactar algo más o menos real y más o menos correctamente escrito y que pareciera interesante, si no les convence o se sienten defraudados, pueden acusarme y denunciarme ante la oficina de Atención al lector de blogues.
Muchas gracias
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