domingo, 10 de junio de 2012

Presos



   Una frontera, un límite, una pared, una división. Y ante esto el hombre, ya encerrado entre muros imaginarios, preso en una oscuridad que no es oscura, sino opresora. Entonces no es una oscuridad, sino simplemente una cárcel, una jaula. Y ahí está la cabeza, que es algo así como otro tipo de celda, donde encerramos a la mente y a todos sus productos, y rara vez los dejamos escapar. Tal vez sea el miedo, tal vez sea el temor a dejarlos salir, a liberar todo lo que hay dentro. Pero para dejar libre a aquello que hay ahí, primero es necesario descubrirlo. Entonces la inercia. La vida misma. La costumbre, la resignación. El sufrimiento. Y de nuevo otros límites: hay un límite para todo. Un límite para el miedo, para el amor, para el sufrimiento, para la libertad, para el pensamiento. El hombre es una limitación. Y la llave de la jaula se ha perdido. O está muy bien escondida.








(jajajaja, en el posteo anterior el poema "Chau pesimismo" y hoy esto, con lo que se entiende que no hay libertad alguna. Y no, no la hay, no la soñemos más. Lo que nos queda es generar momentos que nos produzcan bienestar y luchar para que todos puedan tenerlos)

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