sábado, 28 de mayo de 2011

viernes

Los viajes en tren me hacen reflexionar demasiado, más que los autores que me toca leer para la facultad. O tal vez sea una combinación inconsciente de ambas.
Enigüei, esta semana estuve con la idea de que uno puede ser "feliz" sólo si es conformista.
Fuerzas superiores e inexplicables (o gente más poderosa) te hacen creer que si mantenés un equilibrio entre tu trabajo promedio pedorro de ocho horas, tu familia medianamente armoniosa, un auto que renueves cada tanto, un sueldo que te permita algunos tristes lujitos, y de vez en cuando algunas experiencias novedosas que te recuerden que dentro de ese cuerpo corre sangre, vas a ser una persona íntegramente normal, y por ende, casi feliz.
El que se abstrae demasiado la pasa mal.

No sé, yo por eso me hice un blog.

No hay comentarios: